Me voy a la Fundación de Rafael Alberti.
Queridos amigos,
ha llegado la fecha otro año más. Me muero de ganas de llegar antes de salir y, al mismo tiempo, me da una pereza terrible emprender otro viaje. Básicamente porque me daban la moto este jueves y me quedo con las ganas hasta el lunes. Pero en este coste de oportunidades lo que obtengo es infinitamente mejor que este detalle de restrasar la entrega: la poesía me espera entre amigos en la magia del Puerto.
Por razones diversas, este año tendremos ausencias muy notables como la de Bea Russo y Miguel Losada. Ambos tienen muchos motivos para no ir, yo los comprendo, pero me da una pena tremenda. De cualquier forma, si el primer año que no conocía a nadie más que a Carlos Avila me lo pasé como un enano, este año no va a ser menos. Carlos y yo solos de nuevo ante el peligro, pero con la salvedad de que a alguno sí que conocemos ya (bueno estaría!)
Seguramente volveré a ver al mágnifico amigo, persona y poeta Jose Luis Escudero. ¡Tengo unas ganas de darle medio abrazo!, digo medio porque el hombre es tan grande a lo que yo llamaría normalmente uno solo le rodea medio cuerpo ;).
Voy con entusiasmo e ilusión. Salgo mañana, y tendré que pasar noche en sevilla en la más absoluta soledad. El jueves ya podré coger luego el tren y seguir hasta el Puerto. No les voy a contar que debo hacerlo así porque el vuelo llega más tarde que la salida del último tren, porque les estaría cansando sin necesidad, pero sí que les aseguro que cuando me vea otro año más en la estación de trenes de la ciudad de Rafael, volverá otra vez ese algo a saltarme entre las costillas y la copa de los árboles. Para entender la sensación hay que estar allí, con esa gente que va a la fundación y por estas fechas. Simplemente abrumador.
En fn compañeros, espero poder venir cargado de nuevas para contarles en líneas como estas. También me he comprometido a hacer otro artículo para la revista Chill in sobre los poetas de la fundación. No se si podré resumir tantas emociones en tan pocas líneas, pero en fín, seguro que algo sale luego, en la tranquilidad de la añoranza, cuando todo acabe de nuevo.
Reciban un abrazo fuerte.
Santiago Tabarca.