Ante mí, el número del diablo, que cosas…
Queridos compañeros,
hace un tiempo escribí sobre una suerte de números que se correspondían con el tiempo que llevaba en Paraguay. Hoy me sorprendo de todo el tiempo que ha pasado desde entonces, y no puedo más que acordarme de las palabras de mi querido amigo Josito, cuando me aseguró que las misiones pasan en un suspiro. En aquel entonces, sentados en una mesa del Restaurante «Bandera», de mi compadre añorado Yeray, mientras almorzábamos, sacándole un poco de tiempo al día, durante la organización de un curso de los Equipos de Respuesta en Emergencias Internacionales (ERU), Josito recordaba lo que había sido su primera misión de desarrollo en Angola.
De aquello ha pasado ya casi un año, y no deja de sorprenderme tampoco eso. Pues bien, hoy, en la desidia del sábado, me he puesto a hacer números. No sé bien por qué sabía que por alguna parte me iba a encontrar de bruces con el temido 666 (aunque un poco de historia será suficiente para disipar todo miedo al número y su implicación en asuntos demoníacos). Pues bien, y para no salirnos demasiado del hilo de lo que quiero contarles. Hoy, como digo, haciendo números sospechando que de una u otra forma me encontraría con tan renombrada secuencia de seises, me he dado cuenta de lo siguiente.
Escribo estas palabras el día 6 de septiembre, habrán notado que he cambiado el diseño de la página -solamente por probar- teniendo en cuenta que llegué a Paraguay el día 25 de abril, hoy hacen exáctamente 135 días que estoy aquí. Como saben, he venido por un año, es decir 365 días, luego para saber el tiempo que me resta de misión solo tengo que hacer una operación muy sencilla: 135-365=230. Me quedan 230 días de misión, efectivamente, sin embargo si a ello le quitamos el mes de vacaciones que aún no he disfrutado y que espero poder hacerlo en navidad, los días de trabajo que tengo por delante son: 200. Un número redondo, bonito y además cariñoso, no se por qué, pero me lo parece.
Pues bien, de 200 días quiero saber cuantos meses me quedan, pues, pisando este país cargado de contrastes y enseñanzas, así que divido 200 entre 30 (que es la media de la duración de un mes) y obtengo el número fatídico: 6,66. Ahí lo tienen, si fuera superticioso esta noche no saldría a un asadero que me han invitado. Pero como no lo soy, pensaré en esta casualidad cacho carne y ron en mano.
Que cosas tengo la verdad….
Un abrazo, una sonrisa,
Narwhal Tabarca.
Esta vida esta llena de coincidencias y esta es una de ellas pero no te preocupes que en este caso el diablo tiene todas las de perder porque contigo no hay quien pueda ademas siendo abogado creo de nada le va a servir su numero ahi,mira compra un billete de loteria aver que pasa pero con ese numero si sale el diablo se tira de los pelos y si no pues no pasa nada a vivir que la vida es un ratito nada mas te quiero y escribe mas a menudo si?TE ESPERO un beso
Me gustaMe gusta
Jajaja, mamíta, que tendrá que ver que sea abogado con el diablo? aunque si lo miras bien, igual me estás llamando abogado del diablo… uhmmm, vaya usté a saber, compañera. Que bueno entrar y encontrar comentarios a la página y más si son tuyos maure. te quiero.
Xao pescao mareao y adobao.
santi.
Me gustaMe gusta
El unico número que rige en la naturaleza es el 4. Y no te preocupes que el 666 no es el numero de la bestia. Googlea y encontraras lo que te digo. Es el numero 200. No jeje es broma, es otro, pero enserio el 666 no es nada. Salu2
Me gustaMe gusta