Senegal… y XIII (último post)


En Oussouye cogimos un coche que nos llevó a Kafuntine, el mismo sitio donde pasamos las primera noche, y donde empecé a escribir este resumen del viaje. Por el camino nos detuvimos en Ziguinchor, en donde seguimos haciendo estrevistas a chicos que habían sido deportados a Senegal, después de sendos viajes en cayucos. Luego tuvimos ocasión de ver una ceremonia africana en la que un hombre, vestido de juncos, como un arbusto, sin dejar parte alguna de su cuerpo al descubierto, danzaba al son de los yembé. Simbolizaba al espíritu del bosque. Viendo aquella ceremonia de ritmo y malabares nos cayó la noche, y nos repusimos del varapalo del día anterior.

Cuando llegamos al pequeño hotel apostado junto al río y a la casa de Aziz, pedí una cerveza fría y generosa, abrí este cuaderno y empecé a escribir. Esa noche nos acostamos pronto. Cons quiso ir al pueblo a divertirse un poco. Le dí 10.000 francos CFA, y le volví a ver al día siguiente cuando quiso devolverme 8.000 del vuelto. Aquel hombre no dejó de sorprenderme cada día. Aquella nueva jornada nuestro destino era Bignona. Pero antes de llegar a la casa donde los niños aún seguirían pintando en los cuadernos que les había comprado días antes, quisimos entrevistar a un Marabú (brujo africano que hace los amuletos llamados grigrí). Sabíamos que sería dificil conseguir la entrevista, ya que estos brujos son muy reacios a ser filmados por creencias supersticiosas. Visitamos a dos: el primero me leyó el futuro echando agua sobre la arena. Lo único que saqué en claro fue unos trozos de un pequeño tronco que me dió para hacerme un gri-grí, además de unas hierbas machacadas con las que tendré que lavarme manos y cara estos días. No quiso hacer la entrevista, como esperábamos, sin embargo el segundo accedió después de largo rato de explicaciones y de enseñarle las fotos de la ERIE. Cuando terminamos, hicimos una segunda entrevista, en esta ocasión a Cons, en su tienda Rasta.

Al día siguiente partiríamos hacia Dakar para salir luego, un día más tarde, a España. Así que le acompañamos un rato en la radio, la misma donde me había hecho la entrevista hacía unos días, y nos fuimos a descansar. Teníamos la ligera esperanza de poder pasar de nuevo por Oussouye para buscar las cintas, pero todos los intentos fueron en vano. A la mañana siguiente hicimos dos entrevistas más en Bignona: a un profesor de escuela y a un militar, y abandonamos aquel pueblo con pena y lágrimas en los ojos: Casamancé había entrado en nosotros sin habernos dado apenas cuenta.

Ya en el aeropuerto nos volvimos a encontrar a Clara, aquella investigadora barcelonesa que habíamos conocido en el hotel de Oussouye. Viajaba a Dakar para arreglar su visado de investigación.

Hemos vuelto a Dakar y estos grandes hoteles de mentira me hacen daño. Después de todas las experiencias que hemos vivido, después de Senegal, de África, después de mí mismo y de esta humanidad que compartimos, me asalta una pregunta irremediablemente: ¿Es posible que exista Paris Hilton? – por ejemplo- .

 

Narwhal Tabarca, Martes 12/06/07. Dakar.

 

Aquí tienen todo el resumen queridos amigos, les pondré un post con el resumen entero, por si se quieren dar el atracón. A los que lo han seguido con impaciencia no puedo hacer más que confesarles otra vez mi admiración y todos mis agradecimientos.

 

Reciban mi abrazo y mi sonrisa, siempre.

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