El Tirano. Valerio Massimo Manfredi


Estimados compañeros,

Tal y como les he venido adelantando, en estos días he acabado la novela de Valerio Massimo Manfredi, El Tirano. Inspirada en parte de la vida de Dionisio I de Siracusa, esta novela es la más floja de las que me he leído hasta la fecha de este autor. Ciertamente, es complicado que la trama de un tirano, avocado a la derrota en casi todas sus batallas pueda competir con el espíritu triunfador de un Alejandro Magno, o la aventura del ejercito de los 10.000 (ambas obras comentadas en este blog). 

La vida de este monarca que derrotó con intrigas y malas artes la democracia griega en Siracusa, se justifica por el solo hecho de haber sido esta vía la única que casi consiguió la unificación de facto de toda la isla de Sicilia bajo los pueblos griegos. La única manera era mediante la expulsión del ejército Cartaginés de Anibal, Himilcón, Manón y otro Hilmicón, respectivamente. Contra todos ellos plantó Dionisio su espada y su escudo, desde sus veintipocos hasta su muerte. Un hombre que saldría de las clases más humildes de Siracusa y que consiguió ganar el liderazgo de su gente a base de fuerza e inteligencia, sin el más mínimo resquemor de conciencia por levantar su arma ya fuera contra los bárbaros cartagineses o contra su propia gente. 

Es loable el intento de Valerio Massimo Manfredi de intentar alabar las hazañas de este personaje griego, sin embargo, abstrayéndose al cariz humano que le imprime al personaje, creo que sus actos hablan más que su la aportación imaginativa que de él hace el autor. Este hombre debía ser un personaje despidado, capaz de encarcelar a su propio hermano por dar muestras de humanidad con el enemigo griego, capaz de vender el alma al diablo, o de poner a los celtas o a los bárbaros contra los propios griegos si se trataba de amasar poder, capaz insisto, por último, de firmar un acuerdo de paz y luego violarlo poniendo cerco a ciudades. Es decir, si Maquiavelo hubiese vivido en esta época, seguramente habría sido su mejor consejero.

Literariamente, esta novela tiene la misma facilidad de lectura que Alexandrós o El Ejercito Perdido. Sin embargo, creo que el hecho de no tener tanta información histórica ha hecho el autor se pierda en ocasiones en aspectos que más parecen responder a la esfera de los espiritual y lo paranormal: una mujer que parece una bestia (una especie de Gollum del señor de los anillos, pero en bello), un personaje misterioso que aparece de la nada para ayudar a Dionisio cuando necesita dinero… . Esto hace que la novela pierda fuerza, y sobre todo credibilidad en su trama. Recuerdo que la misma sensación me dio en ocasiones cuando leí Alexandrós, las reacciones del perro que parecía querer hablar parecían en ocasiones ridículas, casi diría absurdas.

Sin embargo, compañeros, no dejaré de recomendar esta novela, que me ha dado buenos ratos de lectura. Un detalle, encontrarán, como en todas las que me he leído de Valerio Massimo, un guiño a otra de sus novelas que ya comenté: «El Ejercito Perdido», aunque suene extraño, el mismo Jenofonte, después de volver de la expedición de los 10.000, hizo al parecer un viaje a Siracusa y conoció a Dionisio. El autor al menos así lo cuenta…

Reciban mi abrazo y mi sonrisa, compañeros,

 

Narwhal Tabarca.

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