Mi llegada a Paraguay.


Queridos amigos,

les prometí tener el blog actualizado para que fueran sabiendo que tal iban las cosas por estos lares. Aquí estoy, con ánimo de cumplir mis promesas. Llegué ayer vía Buenos Aires. El vuelo desde Madrid se hizo corto porque vine dormido casi todo el rato, luego desde Argentina hasta aquí también (pero en este caso fue simplemente porque era corto de por sí -una hora y media como mucho-).

La primera impresión que me dió Asunción fue que parece una ciudad inserta dentro de una selva enorme, no me esperaba que fuera tan verde (de hecho en el google earth tampoco lo parece). La humedad aquí es tremenda, ayer mismo tuve que cambiarme la camisa y ducharme un par de veces para sobrellevarla, hoy, sin embargo, lo he aguantado mejor (el cuerpo se adapta a todo). Tan pronto llegué me invitaron a comer en un sitio que se llama Un toro y 7 vacas, en recuerdo del primer rebaño que entró en este pais y del cual surgieron, según cuentan, todos los vacunos que hoy suponen uno de los ingresos más importantes. Así es, aquí las clases adineradas son, en su mayoría, ganaderos, y la verdad es que hay carne por todas partes. Fue exáctamente lo que comí en ese restaurante de tan peculiar nombre. También probé la sopa paraguaya. Se sorprenderían como yo cuando la piden y ven que lo que les traen es un bizcocho (queque) sólido, de forma cuadrada que se corta con un cuchillo. Al parecer la tradición dice que este plato surgió porque una sirvienta en una mansión, con no se quienes personajes ilustres sentados a la mesa, se descuidó mientras hacia una sopa de maiz. La dejó al fuego demasiado tiempo, hasta que el agua se evaporó, y esta señora, al darse cuenta, se armó de valor y sacó a la mesa aquella torta sin explicar cual había sido el problema. Desde entonces este plato se hizo famoso en el Paraguay.

Si les tengo que hablar del habitante de esta tierra, les puedo decir sin atisbo de duda que una de sus mejores cualidades es el acogimiento. Tanto en el trabajo como los miembros de las familias de Maria Rosa y Raquel (dos amigas paraguayas que viven en canarias) han sido espléndidos anfitriones. Me van a disculpar que en este post no adjunte aun documenos gráficos para que vean además de leer lo que les cuento. Dentro de poco empezaré con las fotos y los videos, de momento que valgan las palabras

Queridos amigos, si tuviera que decidir de nuevo lo que estoy haciendo hoy, decidiría lo mismo. Esto es una buena señal.

Reciban mi abrazo y mi sonrisa siempre.

Narwhal Tabarca.

4 Comments on “Mi llegada a Paraguay.”

  1. cariño me alegro que estes bien ahi y agusto a pesar del calor por aqui ya te extrañamos cuidate mucho se feliz con lo que haces y haz feliz a los demas como tu sabes aqui todos estamos bien y ten cuidado con ese toro de las siete vacas aver si se pone celoso y de una cornada te pone aqui otra vez te queremos muchos besos que Dios te bendiga y abuelita te proteja

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