Me llamaré Narwhal Tabarca


 

             

Estimados amigos, desde que decidí usar el pseudónimo de Santiago Tabarca, supe que este nombre debía con el tiempo sufrir un segundo cambio. Tabarca me lo regaló la vida, de labios de una señora de mi pueblo que en su cariñoso acento canario me dijo «Santiago T(e)abarca toda la zona de tunte…). Y así quedamos mi amigo y buen poeta Paco Sevilla y yo, mudos, sin poder hacer otra cosa que besarle las mejillas a aquella mujer pequeña que no terminaba de entender lo que sucedía.

El nombre de Narwhal, se lo deberé, a partir de ahora, al poeta chileno Pablo Neruda (cuyo nombre también es un pseudonimo con una historia, como todos). La vida me lo ha puesto delante, en aquellos párrafos de «Confieso que he vivido» en que dice el poeta:

De aquel gran pulpo que conocimos todos por primera vez en Los trabajadores del mar de Victor Hugo (también Victor Hugo es un pulpo tentacular y poliformo de la poesía), de esa especie sólo llegué a ver un fragmento de brazo en el Museo de Historia Natural de Copenhague. Éste sí era el antiguo Kraken, terror de los mares antíguos, que agarraba a un velero y lo arrollaba cubriéndolo y enredándolo. El fragmento que yo vi conservado en alcohol indicaba que su longitud pasaba de treinta metros.

Pero lo que yo perseguí con mayor constancia fue la huella, o más bien el cuerpo del narval. Por ser tan desconocido para mis amigos el gigantesco unicornio marino de los mares del Norte, llegué a sentirme exclusivo correo de los narvales, y a creerme narval yo mismo.

¿Existe el narval?

¿Es posible que un animal del mar extraordinariamente pacífico que lleva en la frente una lanza de marfil de cuatro o cinco metros, estriada en toda su longitud al estilo salomónico, terminada en aguja, pueda pasar inadvertido para millones de seres, incluso en su leyenda, incluso en su maravilloso nombre?

De su nombre puedo decir – narwhal o narval – que es el más hermoso de los nombres marinos, nombres de copa marina que canta, nombre de espolón de cristal.

Y ¿por qué entonces nadie sabe su nombre?

¿Por qué no existen los Narval, la bella casa Narval, y aún Narval Ramírez o Narvala Carvajal?

No existen. El unicornio marino continúa en su misterio, en sus corrientes de sombra transmarina, con su larga espada de marfil sumergida en el océano ignoto (…)

Gracias Pablo. Afortunadamente sí que existen los narwhales. Ojalá hubieses podido ver alguna de estas fotos. Son una especie de ballenas que habitan, como dices, en los mares del norte. Sus descripciones mitológicas del medievo se corresponden a la perfección con la realidad. Es una lástima que no llegaras a verlas nunca.

 

Estimados amigos, aquí tienen los motivos y el acontacimiento. A mí me llena de ilusión: un ser pacífico, misterioso, marino: el unicornio del mar. Seguramente a Pablo Neruda le habría hecho gracia. De todo ello, sin pretensiones de ninguna clase, lo próximo que publique lo haré con este nombre con el que ya me identifico.

Reciban mi abrazo y mi sonrisa

Narwhal Tabarca.

4 Comments on “Me llamaré Narwhal Tabarca”

  1. que preciosa historia…

    un libro más para leer en el veranito…
    «Confieso que he vivido»

    junto a otros de la biblioteca de Borges, o el nombre de la rosa de Eco..

    🙂

    un gran abrazo Narwhal 🙂

    (maravilloso lo de t(e) abarca

    cuidate!

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  2. Gracias Román. Ahora tendré que solucionar una serie de detalles técnicos, como el mismo nombre de la página. Voy a redireccionar santiagotabarca.com a la nueva que crearé desde que termine este comentario, Narwhaltabarca.com .

    Oye, ya estamos con la campaña del vino, así que dentro de poco tendrás las botellas con tu(s) texto(s).

    Ya nos beberemos algunas para celebrarlo 😉

    Recibe mi abrazo.

    Narwhal Tabarca.

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